Este micro llegó en las últimas horas de septiembre y para que no fuese una nueva dimensión de ese destino cruzado que se advierte en su título, hemos considerado justo que nos acompañe a pesar de que el calendario se empeñe en señalar octubre. Puedes encontrar más vuelos (sin motor) en el blog que lleva su nombre: Lola Sanabria.
INTERRUPTUS¡Ah, La Dolce Vita!. Me vendí, cual prostituta barriobajera, por cuatro euros, sirviendo fritangas en un bar de mala muerte. Y cuando junté suficiente, me abrí enterita a la Roma de Fellini, a La Fontana di Trevi donde iba a zambullirme cual Anita Ekberg. En el avión, le puse ojitos a un tío con cara de Marcello. Calentamiento en los toilettes y revolcón con el farsante, en un hotelucho cercano al aeropuerto. De Albacete y ladronzuelo. Volví con una mano detrás y otra delante. Dicen que La Fontana es menos fuente de lo que parece. Habrá que comprobarlo algún día.
Ahí, ahí...desmitificando!
ResponderEliminarGracias, Montse, pero ¡ah, Roma, qué ganas de volver!
ResponderEliminarTres besos, tres.
Eres buena, Lola, hasta para contar esta decepción.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa, tú sí que eres buena.
ResponderEliminarBesos volados.