Mañana se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Bastón Blanco, y se realizan campañas para promover el derecho de las personas ciegas a una vida plena e independiente. El objetivo de la celebración de este día es reflexionar y reivindicar una mejora sobre la situación que viven aquellas personas que sufren ceguera en este mundo diseñado por y para videntes.
En esa maravillosa obra, Ensayo sobre la ceguera, en la que el portugués José Saramago, obstinado agitador de conociencias, desarrolla una magnífica parábola de nuestra sociedad a través de la epidemia de ceguera que invade el país, nos deja la figura de un guía en el que recae la responsabilidad de ser el testigo de un mundo condenado a reinventarse, a cambiar los esquemas de toda su “normalidad”, sin referencias, perdidos en un medio completamente desconocido.
"Pobre mujer, Pobres tus padres, pobre tú, cuando os encontréis, ciegos de ojos, ciegos de sentimientos, porque los sentimientos con que hemos vivido y que nos hicieron vivir como éramos, nacieron de los ojos que teníamos, sin ojos serán diferentes los sentimientos, no sabemos, cómo, no sabemos cuáles..."
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