lunes, 31 de octubre de 2011

UNA NOCHE DE MIEDO

Hablar de terror en estas fechas es lo habitual, casi casi lo tradicional… y tiene tanta tradición como las historias de miedo, que siempre son mucho más interesantes si uno se rodea de una ambientación adecuada: velas, música de violín, ventanas abiertas y visillos en movimiento…

La tradición literaria europea también tiene grandes autores de lo oculto en su particular historia, pero las estanterías más importantes del género de terror siempre guardan un hueco muy especial para el francés Guy de Maupassant. Prolífico y magnífico autor de relatos breves (más de 300), recreó como nadie los desvaríos de la mente, el espacio sobrenatural y los misterios de la muerte, reflejando en muchas ocasiones el terrible periodo de su vida en el que los continuos problemas nerviosos, demencias y ataques de pánico acabaron con él de manera dramática.

El horla podría ser su mejor obra, y es una de esas historias en las que un ser terrorífico va a apoderándose de la vida del protagonista de tal forma que apenas hay resquicio para saber si se trata de fuerzas ocultas ultraterrenas o una compleja creación de su propia personalidad, en donde su destrucción supondría acabar con uno mismo…

Hay numerosas ediciones de recopilaciones de relatos del autor que lo contienen; lo podéis, incluso, leer completo en Internet, pero también os podéis dar un paseo por la biblioteca o librería más cercana y buscar una recopilación de Pérez Andújar de distintos autores clásicos del género (Bécquer, Poe, Byron, Lugones, Hoffman…) que presenta bajo el sugerente y apropiado título “Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos…

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