CELOS
Mírala, ahí sigue haciéndose la víctima sentada en el suelo acariciando la cabeza de la Barbie. Las lágrimas siguen dibujando chorretes en su carita de niña buena, mientras intenta encajarla de nuevo en el cuello dando sorbetones a los mocos que asoman por la nariz. A mí la muñeca me gustaba, pero mi hermana no. Es una niña odiosa, repelente, que consigue siempre todo lo que quiere de papá y mamá. Que sufra. Antes de rompérsela, y por si acaso vuelven a buscar mi hucha, he sacado los 17 euros que me quedaban desde que le rompí la Nancy.
Muchas gracias!! Me gustan los números primos, más cuando están tan bien acompañados como éste 11. Saludos
ResponderEliminarAcabo de comentarte hace nada allí....Doloroso.
ResponderEliminarMala cosa los celos, van carcomiendo el alma de quien los padece.
ResponderEliminarMuy bueno, Paloma.
Un beso.
Paloma, no sé quien es más perversa la hermana que rompe o la caprichosa. Pero en todo caso es un gran reflejo este relato de una infancia, yo que la he tenido, con hermanos de edades similares.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo y suerte para el concurso.
Una rompemuñecas para llamar la atención....Suerte .
ResponderEliminarPero que niño más cab...oncete. Lo tiene todo controlado. Estos son los que llegan lejos, y se hacen banqueros o aun peor.
ResponderEliminarSaludos
Los celos tan arraigados, no son buenos compañeros, ni en la infancia ni en ninguna otra etapa. Ahora destrozan muñecas ... mañana se pueden destrozan vidas ....
ResponderEliminarUn abrazo y suerte