Reparto
Los diecisiete euros encontrados en el último estante de la despensa vacía habían sido –según mi madre– un auténtico milagro. Aunque creo que el verdadero portento fue repartirlos equitativamente entre los miembros de la familia: todos ansiábamos los billetes y nadie estaba dispuesto a llevarse las monedas. Al final fue el que mostró los dientes más largos quién se llevó la calderilla. Yo no me quejo, a mí me tocó roer una de las partes más sabrosas de los billetes: la banderita azul de la Unión Europea.
Que original, Sara y además divertido en esa sorpresa final.
ResponderEliminarBesitos
un poco de humor a esta amarga crisis no le viene mal, me gustó
ResponderEliminarQuisiera saber donde puedo enviar mi participacion, si es posible, del microrelato por título 17 euros.
ResponderEliminarMi correo es :
Annajorba@telefonica.net
Con mi agradecimiento.
Ya te lo comenté en tu blog. Sin duda, es de mis favoritos.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Hola Sara!, por fin te encuentro, he empezado a leer al revés y ya creía que no estabas. Super original, querida, ¡tienes una imaginación portentosa!.
ResponderEliminarUn abrazo favorita.