martes, 4 de octubre de 2011

NUESTROS MAESTROS ANIMALES

Continuando con la vieja tradición de dedicarle a los animales y su protección la fecha del 4 de octubre por ser la celebración de su “patrono” San Francisco de asís, la ONU Y LA UNESCO invitan a celebrar el Día Mundial de los Animales.

Tratando de recordar alguna ficción de protagonista animal (hay cientos) se me han venido a la cabeza las piezas literarias más puramente… “animales”, y que además tienen un ancestral origen europeo: las fábulas, breves relatos de ficción en prosa o verso protagonizados por animales que hablan con una intención didáctica de carácter ético y universal. Ya se escribían en Grecia hace 2500 años, y tuvieron mucha aceptación hasta el siglo XVIII (La Fontaine, Iriarte, Samaniego)

Luis Sepúlveda, chileno de nacimiento, asturiano de residencia y admirado en toda Europa (Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa, Doctor Honoris Causa por la facultad de Literatura de la Universidad de Toulon y Doctor Honoris Causa por la Facultad de Literatura de la Universidad de Urbino) ha escrito una de las últimas fábulas modernas que conozco, Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar.

Dentro de un tono poético y amable (muy adecuado para lectores que ronden la adolescencia), se cuenta la historia de una gaviota que, tras quedar atrapada en una mancha de crudo en el Mar del Norte, tiene el tiempo de vida justo para llegar al puerto de Hamburgo y dejar su último huevo bajo los cuidados de un gato, que además, asume la responsabilidad de enseñar a volar al polluelo… Y ahí radica fundamentalmente la aventura-enseñanza, en desarrollar la idea, incluida en el texto, que podría funcionar como la moraleja habitual de una buena fábula: “Sólo vuela el que se atreve a hacerlo

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