miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA SEGUNDA PIEL

Uno de de esos casos particulares que nos guarda el elenco de grandes autores europeos es el caso de John Banville y/o Benjamín Black, que son… la misma persona. Como si se tratara de un caso real de Jekyll y Hyde, podemos disfrutar de la prosa cuidada y brillante de John Banville (que cada año suena como candidato a los premios Nóbel) y ese subproducto fruto de su debilidad por el género de novela negra que firma como Benjamin Black. Él lo explica así: "El arte es una cosa extraña. Bajo el sombrero de Banville puedo escribir 200 palabras al día. Un día decidí que podía convertirme en otro y bajo ese segundo sombrero, en esa segunda piel, puedo irme a comer tras haber escrito un millar de palabras, tal vez 2.000, y disfrutar con ello. Es increíble descubrir cómo otro tipo puede vivir tu vida y usar tus manos y deleitarse con eso. ".

Hace unas semanas que Black ha enviado a las librerías su última obra, En busca de April, en donde viajamos hasta la Irlanda de los años 50 para desenredar la enorme y compleja telaraña de amor celos, mentiras y oscuros secretos con la que la protagonista tejió su vida.

Y es que no lo hemos dicho, pero Black (y por tanto Banville) es irlandés, y no es un dato insignificante, porque como dice él mismo…“No resulta sencillo ser un novelista irlandés. Irlanda es una isla pequeña con un número desmesurado de novelistas de gran talla, con gentes fascinadas por sus escritores, por contar historias, por el proceso de escribir, por las propias palabras. Es duro ser escritor en el país de un Joyce, que lo metió todo en los libros, y de Beckett, que lo sacó todo”.

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