LAS CAMPANADAS DE FIN DE AÑO
Fin de año, pero él estaba angustiado. ¡Ya no podía más! Todo, todo iba mal, y pensamientos fatídicos cruzaban su mente.
Salió dando un portazo y se mezcló con la gente. En una placita un árbol centelleaba y quedó absorto. Notó que alguien tiraba de su abrigo. Miró y vio a una niña pequeña que lo sonreía y miraba con unos ojos que le recordaron a su hija. ¡Todo cambió! Compró una botella de sidra y medio kilo de uvas. Volvió a casa. Faltaba poco para las campanadas, unas campanadas de esperanza. Saldrían adelante.
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