lunes, 21 de noviembre de 2011

UN MICRO... CASI ETERNO

Comenzamos la semana con un nuevo y maravilloso personaje arrancado de las entrañas más remotas del mundo clásico. Rafa Heredero nos lo muestra de forma magistral en su papel de buen anfitrión con el sutil y terrible gesto de compartir…un cigarrillo.


EL BARQUERO

Casi no llega al último viaje del día de la barcaza a través del lago, pero había acelerado para no perderla. Era el único pasajero y aparcó el coche en el centro de la cubierta. Bajó para pagar al barquero, aceptando el cigarrillo que éste le ofrecía. Al darse la vuelta para encenderlo, se quedó sorprendido cuando contempló su todoterreno completamente destrozado, igual que si se hubiera despeñado por un barranco. Se giró hacia al barquero y le vio encogerse de hombros, como alguien que ya lo ha visto todo. Hacía mucho frío. El hombre empezó a sollozar.

5 comentarios:

  1. Caronte y la laguna Estigia por alusiones...Una versión muy actual la tuya, todoterreno, cigarro; pobrecillo quizás hubiera preferido no llegar a tiempo!

    Saludos

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  2. Me encanta la indolencia del barquero. La composición del personaje es estupenda.

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  3. Le faltaba sólo un GPS para llegar antes a su destino... y encontrarse de todas formas con la mirada indiferente del barquero.
    Gracias por vuestro interés.
    Un saludo.

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  4. Yo también creo que el barquero es el mismo desde que montaron el negocio de las barcas.

    Un saludo, Rafa.

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