EFECTOS SECUNDARIOS
En Terradillos de Abajo nunca pasa nada. Sisebuto y Jacinto se sientan cada tarde a la puerta de la taberna. Recuerdan a aquella rubia extranjera que preguntó por dónde se iba a Segovia, a la familia madrileña que olvidó al abuelo en el servicio o cuando se pusieron de moda las pastas que vendía la Engracia. Desde que construyeron la autovía por Terradillos de Abajo nunca pasa nadie. Aunque cerró hace años, Sisebuto y Jacinto siguen sentados cada tarde a la puerta de la taberna. Por la vieja carretera sólo circulan los recuerdos.
Si, es exactamente como lo cuentas.
ResponderEliminar¡Cuánta vida da un camino o incluso una carretera! ¡Qué lejos quedan las autopistas!
Real y conciso, muy bueno.
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