Un lugar con tanta historia y tanta leyenda, a la fuerza, tiene que tener sus tópicos, y tal vez el más popular sea la belleza del habitante local y el peligroso influjo que tienen las calles romanas para el asunto amoroso y romántico. Yolanda Nava los reúne en un delicioso relato en el que, además, la amistad parece no estar reñida con los secretos…
AMOR EN ROMA
-¿Un italiano? Cuenta, cuenta, los italianos son tan guapos e interesantes…
Miro a mis amigas con pereza. No quiero destrozarles el mito. Me invento una historia romántica: yo paseo por Roma le pregunto por una calle, me acompaña, de ahí nos vamos a la Fontana de Trevi a tomar un capuchino con serenata y flores incluidas. Por supuesto que es alto, moreno y con unos profundos ojos oscuros.
La envidia asoma a sus expectantes rostros.
Desde la pantalla de mi móvil, mi novio italiano de marcados rasgos orientales y baja estatura, me sonríe -cómplice-.
Muy bueno,Yolanda!!
ResponderEliminarLo mismo digo, cómo me gusta que triunfes, ¡Felicidades!
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